martes, 25 de octubre de 2011

It's raining men..

Hoy ha sido el mítico día de lluvia de principios de otoño. Ese día que habitualmente me saca de mis casillas, me pone melancólica y me arrastra a mí misma con los peores sentimientos que tengo en mi interior. Pero hoy no, hoy ha ocurrido de forma diferente. Llevaba meses deseando que este día llegase. Por un motivo o por otro, da igual, pero necesitaba sentir esa limpieza que da la lluvia a veces, mi cuerpo me pedía ser calado hasta los huesos por esa fría humedad. Tenía ganas de andar por la calle empapada, con una capucha y mis cascos, sin oir nada, solo mirando las gotitas caer por todas partes. Y porque además, esto es algo que no sé si todos sabréis, pero la lluvia limpia, purifica. Te libera de todo el peso interior y la mierda con la que llevas cargando tiempo. Aunque a veces hace falta algo más que cuatro gotas de agua puestas el día idóneo. En ocasiones necesitamos palabras duras y certeras, que calen en lo más hondo llamando a todos tus sentidos y poniéndolos alerta. La lluvia de hoy me ha hecho deshacerme de una capa inutil que me me llevaba sobrando meses.

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