sábado, 2 de julio de 2011

Reckless.

Escribo con temblor en los dedos, con aquel sentmiento que ahora me asiste, con el sonido de unas manecillas que marcan un sinvivir descontrolado, un compás acelerado que me recuerda que estoy viva, que sonrío, que el amor me asiste y que la felicidad es efimera. Un tic-tac nervioso acompasado de la más plena armonía que me dice que estoy aquí, que auguro algo maravilloso a la par que aterrador. Siento un aliento en mi cuello, un corazón latiendo en mi pecho y la más clara duda de mi existencia y su motivo, una vida frenética cargada de la más pura razón y un claro sentido que aun desconozco.
Una atracción más allá de las leyes de la fisica, ese misterio incorregible y esa fé ciega en el mundo que me rodea. Cuatro palabras cargadas de sentimiento del cual no soy del todo consciente. Pido a gritos que sea comprendido, quiero aclamar al cielo que todo concuerda a la perfección conmigo misma, y busco la felicidad en cosas apenas perceptibles al ojo humano.
Cometo faltas, salgo malparada de situaciones inverosímiles, sonrío al pensar en recuerdos aún imborrables para mí, me estremezco con ruidos ensordecedores que no soy capaz de escuchar. Mi cuerpo grita, pide clemencia, me ordena que cese, que busque esa paz interior que llevo anhelando años. Nada cobra significado ni aún otorgándoselo.
El agua, el aire, el sol, el latido de mi corazón.. Mis manos, sus marcas, los sueños que aún he de realizar, mi capacidad de supervivencia ante todo aquello que llamamos universo. Su grandeza, la mía, mi sentimiento de inferioridad ante la vida, mi mentira salva-vidas, la realidad.. Búscame, abrazame por la cintura, susúrrame al oido y tranquiliza este sentimiento que amenaza con destruirme si no lo hago yo primero antes con él.
Filosofía y textos en grandes dosis para esconderme entre ellos, oscuridad y después luz, humo y después sentimiento de culpa. Calor, angustia, desasosiego, y después tranquilidad. Capítulos de mi vida borrosos, miradas fugaces, abrigos de invierno en mi armario, carteles, post-its, recordatorios, cuadernos, agendas, botellas, fotografías.. Esa es Andrea. Mis ojos y mis labios te podrán decir más que cualquier texto que ha salido mal parado después de una soledad falsa pero a la vez totalmente real. No encuentro más palabras que estas para resumir de que trata todo esto, cual es mi función, en que se basa el juego.. Quiero darme a conocer sin poner nada de mi parte, entenderme sin comprender porqué, que el tiempo pase lento y no frene jamás, que me acompañe la imprudencia y que digan de mí cualquier cosa menos la realmente cierta. No importa.

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