¿A quién coño le importa cómo nos sintamos? Ojalá alguien que me saque de este lío. O no.
Ojalá no necesitarlo.
Necesito algo más profundo, necesito no necesitar.
Cuando las gracias no hacen gracia, cuando no duele lo realmente doloroso. Cuando estaría vacía si no fuese por el humo de mis pulmones.
¿Lo efímero cansa?
Jamás pensé que necesitaría tiempo para pensar, para encerrarme en mí misma. Jamás creí que no fuese a darme miedo esta soledad. Ahora la disfruto. No quiero conoceros, no quiero que me conozcáis, total.. ¿Para qué?
Empiezo a querer reconciliarme con mis tinieblas, a bailar con ellas. No me asustáis, hijas de puta. Si alguien quiere venir a por mí, ya no me queda nada que ofrecerle.
Cortinas de mármol, qué paradoja.
Realmente se está muy a gusto aquí dentro. Personas. Personas que te rodean y viven a tu lado. ¿Para qué? Otra vez la misma pregunta.
Quizá es que todos somos una decepción. Todos somos la pequeña decepción de alguien.
Yo al menos espero serlo, aunque sea para uno de vosotros. Decepción significa preocupación.
Y yo me preocupo demasiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario