¿Nunca os habéis sentido en perfecta sintonía con una persona? ¿Nunca habéis hablado de la felicidad junto a aquel que te hace realmente feliz? ¿No habéis tenido días e instantes mágicos?
Llaman idealismo a aquello que añoramos, cualquier cosa idónea, pero aparentemente imposible e inalcanzable a nosotros. Nos llaman ideaistas, idealistas por soñar con cosas irrealizables, por anhelar aquello que podría ser, pero no es.
También hablamos a veces de utopía. Y la verdad es que a mí me encanta esa palabra. Porque lo significa todo. Lo bueno, y lo mejor. Perfección en estado puro.
Soy consciente de que no podemos vivir en la utopía, ya que sería algo inexistente, pero si hay momentos utópicos. Momentos en los que piensas que el idealismo es, simplemente, felicidad. Cuando notas tus sentimientos al máximo y sonríes por ello. Cuando miras a una persona y te ves reflejado en sus pupilas. Cuando susurras, cuando besas, cuando acaricias, cuando amas.. Cuando realizas todas esas acciones, es tal la perfección que darías todo lo que tienes por momentos así día a día.
Pero es complicado. Solo tienen la suerte unos pocos. Hay que saber guardar esos momentos en el cofre de tus ilusiones y tirar la llave al mar, para que no escapen nunca. Hay que conservarlos como tesoros, y reir por ellos. Reirte de los que dicen que la vida no puede ser maravillosa.
Yo doy gracias, a no sé quien, y no sé como, por ser una de esas personas.

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