Aquí estamos, noche de reyes, ¿Sabes..?

Lo único que recuerdo es que te quería como a nadie en este mundo. Tengo pensamientos difusos que me indican que eras lo único que me importaba.
Y ahora lo único que sé es que tengo un nudo en la garganta. Soy consciente de que te necesito más que el aire que respiro, y que tres días sin tí son una eternidad. Tengo la certeza de que lo único que me apetece ahora mismo es darte un abrazo y dejarte sin respiración.

¿Recuerdas aquél momento, en la encimera de mi cocina? ¿Y justo ese punto de la noche en el que tú y yo fuimos la misma persona? ¿Llegaste a contar el número de sonrisas que salieron de mi boca ese día?

A veces me harto de escribir cosas bonitas sobre tí. A veces pienso que debería parar de hacerlo. Pero no puedo. Te adoro y es algo que no puedo controlar.
Quiero tenerte aquí a mi lado y no soltarte nunca. Hablarte, y que se nos pasen las horas diciendo gilipolleces. Que nada importe, excepto tú y yo, como aquel día. Necesito un pedacito de tí, la imagen difusa de tus labios rozando los míos.