miércoles, 29 de febrero de 2012

I know you're still here because you're scared.

Te acecha y te limita. Te convierte, te lleva con él. Está en simbiosis, en telepatía contigo. Huye, escápate, vuela y se libre. Libérate de sus garras y vuela. La oscuridad te sume en su gran abismo, en el abismo de lo inusual y utópico. Te opresiona.
Mírame, estoy aquí, plantándote cara, insultándo tu oficio. ¿No me ves? Soy efímera y descontrolada. Camino por las sendas de la desesperación y del tedio ofreciéndote mi aroma. Es la fragancia de la vida, de lo desconocido.

Hablo del miedo, del miedo a nosotros. Por que no hay más temor que el que tenemos hacia uno mismo. El temor hacia la vida no existe, hacia los demás tampoco. Solo podemos acobardarnos ante una simple presencia, la nuestra. Hablo de ese miedo a la pasión, al desasosiego, a los vaivenes. Ese miedo que nos sumerge y asesina nuestros sentires. El miedo a una existencia vacía, a la quietud, al movimiento intransigente. El miedo al comienzo de ese fin que, tarde o temprano, todos experimentamos. El miedo a la calidez de unos labios, al frío de la soledad. Al bloqueo, a estallar. Al dolor y al placer, a todo. El miedo en mayúsculas, ese que poco a poco te destroza sin piedad alguna.
Tengo que matarte, asesinarte, fulminarte, escapar de ti. Y despedirme para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario